Es difícil explicar lo que tiene París para conseguir que todo el que lo visite se quiera sentir como un parisino. Su forma de vida es copiada por el resto del mundo y todo gracias a sus costumbres, propias de auténticos bon vivantes, como el ya famoso apéro. ¿Qué ventajas tiene este picoteo entre copas antes de la cena? Muchísimas.
"París es siempre una buena idea", decía Audrey Hepburn en una de sus películas más recordadas, Sabrina. Y cuánta razón tenía. No importa las veces que hayas ido a la ciudad de La Luz, siempre habrá algo nuevo esperándote, un rincón o experiencia por descubrir. Tanto es así que a veces puede resultar abrumador. Pero para eso están los parisinos y sus costumbres, expertos en eso de la buena vida. De ahí que su día se estructure en función de los parones para comer, picar algo o refrescarse con un buen vino. Entre estas tradiciones, el apéro parisino destaca como la más auténtica, por aquello de ser prácticamente un tesoro nacional. Una vez que lo practicas, te preguntas: ¿por qué no estoy haciendo esto todos los días? Antes de lanzarte, te contamos un poco sobre su origen, las claves de esta costumbre gastro y los beneficios de la misma. ¡Bon profit!
¿Qué es el apéro parisino y cómo surge?
Para entendernos, el apéro es el preludio o preámbulo al almuerzo o cena, ese momento previo en el que se bebe y pica algo antes de una de las comidas más importantes del día. De hecho, etimológicamente hablando, su raíz latina viene del verbo aperire, que se traduce como abrir. Como a los franceses les encanta lo de comer, y eso incluye también las letras, "apéro" es una abreviatura de la palabra "apéritif". Todo comenzó en la Edad Media, momento en el que esta costumbre convertida en tradición nace con una función medicinal: se consideraba apéritif a todas aquellas comidas que levantasen o abriesen el apetito. Más adelante, a finales del XIX, entra en juego el alcohol entre las clases de mayor poder adquisitivo y, por supuesto, se quedó para siempre siendo parte indispensable.
El apéro es sinónimo de reunirse con amigos o familiares en un ambiente relajado antes de la cena, generalmente alrededor de las 6 o 7 de la tarde. Durante este encuentro, las personas disfrutan de bebidas acompañadas de un picoteo ligero. Se dice que los parisinos como mínimo una vez a la semana practican el Apero, aportando algo más de valor y placer a una simple cena o almuerzo.
Las claves del ritual del apéro
Lo que hace que el apéro parisino sea especial no es solo el hecho de disfrutar de bebidas y un tentempié, sino el ritual y el ambiente que lo rodean. Aquí hay algunas claves que definen este ritual si lo quieres llevar a cabo en tu lugar de origen:
1. Entre copas (con y sin alcohol): El apéro puede incluir una variedad de bebidas, desde vinos y cócteles hasta agua con gas o refrescos. Un favorito parisino es el "kir", una bebida a base de crema de cassis (licor de grosella negra) y vino blanco seco.
2. Pequeños pero deliciosos bocados: Además de las bebidas, se sirve una serie de aperitivos. Estos pueden variar desde simples patés y quesos hasta aceitunas, frutos secos, tostadas con tapenades o incluso pequeñas quiches. La idea es disfrutar de alimentos ligeros que estimulen el apetito antes de la cena.
3. La cuestión es relajarse: El apéro es una ocasión para socializar y relajarse. La mayoría de los parisinos lo disfrutan en casa o en terrazas de sus muchos cafés. La conversación fluye, se comparten risas y anécdotas, y el tiempo parece detenerse mientras se disfruta de la compañía.
4. La importancia de la hora: El apéro se practica temprano en la noche, lo que lo convierte en una excelente manera de desconectar después del trabajo y relajarse antes de la cena. Es una pausa en el ajetreo del día y una oportunidad para disfrutar de la vida sin prisas. Lo ideal es que comience entre las 6 y las 7 de la tarde, teniendo en cuenta la hora a la que se cena en Francia.
5. Que no falte el brindis: Sin brindis no hay apéro. Como es lógico, este brindis debe hacerse antes de comenzar, no después.
Por qué querrás practicar el apéro parisino el resto de tu vida
Se trata d algo más que una simple tradición culinaria que tiene muchos beneficios si decidimos adaptarla a nuestro estilo de vida. Nada puede salir mal entre copas, buenos quesos y rodeado de amigos.
1. Fomenta la conexión: El apéro es una forma maravillosa de reunirse con amigos y familiares, fortaleciendo los lazos y promoviendo la comunicación cara a cara en un mundo cada vez más digital.
2. Relajación después del trabajo: Al programar un apéro en casa, puedes establecer un momento para desconectar del trabajo y reducir el estrés antes de la cena.
3. Celebra la gastronomía: Al disfrutar de aperitivos y bebidas de calidad, puedes apreciar la riqueza de la gastronomía y las tradiciones locales, incluso cuando no estás en París.
4. Crea un ambiente especial: El ritual del apéro puede convertirse en un evento especial que espera con anticipación. Puedes darle un toque personal, experimentando con diferentes bebidas y bocadillos para sorprender a tus invitados.
5. Vive el presente: El apéro te permite vivir el momento, apreciar las pequeñas cosas y valorar la compañía de quienes te rodean.
¿Dónde tomar un buen apéro en el corazón de París?
Las calles de París están repletas de sitios en los que tomar el apéro como un nativo, pero, ante tanta variedad, a veces puede resultar difícil elegir. Las mejores localizaciones son aquellas que son casi secretas en la ciudad, como es el caso del exuberante Patio del Hotel Pulitzer París.
En pleno corazón del ecléctico barrio de Ópera pero alejado del bullicio, este rincón privilegiado se perfila como el espacio perfecto para la desconexión con amigos. O lo que es lo mismo, para el apéro. En su carta, sofisticados cócteles, deliciosas tapas y buena música. Cuéntaselo solo a gente que te caiga muy bien. Es nuestro secreto.